Se trata de la previsión que maneja Cooperativas Agroalimentarias de España, una de las usadas como referencia, aunque algunas organizaciones agrarias señalan que la producción final estará en torno a los 38 millones de hectolitros, según han manifestado a Efeagro.
Esta cantidad se sitúa en la parte baja de la horquilla que se manejaba al comenzar a cortar uva, que apuntaba a un máximo de unos 40 millones de hectolitros, pero es muy superior a la cosecha final de 2023, cuando por culpa de la sequía el rendimiento fue de 32 millones de hectolitros.
«Son unas cifras bastante más reales que las que teníamos en julio o en agosto», ha expresado a Efeagro el presidente del consejo sectorial vitivinícola de Cooperativas, Fernando Ezquerro.
El motivo de esta revisión a la baja se encuentra en la sequía, que este año ha vuelto a afectar con dureza la zona oriental de España, y las inesperadas cambios de tiempo que llegaron después, ha explicado Ezquerro.
Las estimaciones de Cooperativas sitúan el rendimiento de la vendimia en Castilla-La Mancha (la principal región productora) en 23 millones de hectolitros, un 30% más que el año anterior; que, junto con la cosecha que se espera en Extremadura, de 3,4 millones de hectolitros, compensarán las escasas cosechas de otras zonas de España, como el levante.
El representante de Cooperativas ha destacado que la producción general que se espera este año «alivia algo» la situación del mercado al sobrecargar la oferta de vino que hay, sobre todo de tintos, ante un consumo doméstico y unas exportaciones a la baja.
El responsable técnico del sector del vino de ASAJA, José Ugarrio, ha afirmado que lo que ha podido rebajar la estimación de este año es el bajo grado alcohólico, algo habitual cuando hay más uva; y que también se ha visto afectada por la aparición del mosquito verde en Castilla-La Mancha.
«Ahora mismo los mercados están demandando vinos de poca graduación, por lo que esto puede ser una ventaja», ha expresado Ugarrio.
Respecto a cómo puede entrar la producción de este año en el mercado, ha indicado que, si bien hay un «cuello de botella» en el caso de los tintos, la campaña 2023-2024 cerró el pasado 31 de julio con unas existencias generales de enlace «bajas», de 32 millones de hectolitros, un 17 % menos que al cierre de la campaña anterior.
Este aspecto lo ha subrayado también el responsable del sector vitivinícola de COAG, Joaquín Vizcaíno, quien ha indicado que se trata de una producción «asumible» por el mercado, porque las reservas han ido disminuyendo, aunque «despacito».
«Están bajando las reservas, es la parte buena de haber tenido poca cosecha el año anterior. Esta está por debajo de la media, con lo cual entendemos que (la producción de este año) es absorbible y que los precios deberían ir hasta el alza», ha comentado Vizcaíno.
El responsable sectorial de UPA, Alejandro García-Gasco, mantiene que el rendimiento de la vendimia estará en torno a los 38 millones de hectolitros, lo que supone una campaña «normal» en la que no hay problemas de producción, sino de mercado.
En ese sentido, ha reclamado medidas como la destilación de crisis, la vendimia en verde «para paliar una situación de excedentes», que no se autoricen más plantaciones de viñedos y que se subvencione un arranque de viñas de carácter social.
Desde Unión de Uniones, el responsable de sectores agrícolas, Anastasio Yébenes, ha expresado su esperanza en que, dado que no ha sido un año excesivamente productivo y hay mucha demanda de vinos blancos, los precios de estas elaboraciones puedan subir al no sobrecargar la oferta de vino.